(27/4/1889 - 27/7/1970)
A Oliveira Salazar
Había algo de monje en su talante,
blanca la mano sobre el libro abierto,
la soledad fecunda del desierto,
camastro pobre, ayuno, verbo orante.
Algo de bravo caballero andante
que en sueños vive y a la vez despierto,
algo de asceta con el gesto yerto
o la sonrisa apenas anhelante.
No discute la patria, la defiende
de la usura sin rostros humanados,
cuando las hoces siegan los sembrados,
y al trigo blanco que del cáliz pende.
Para sí nada quiere, porque entiende
al poder como oficio de abnegados.
El cetro con la cruz van hermanados:
sólo el bullicio al gobernante ofende.
La nación es su casa solariega,
ese hogar lusitano junto al río,
su cátedra, su claustro, el labrantío.
Es el imperio de la fe andariega.
Señor de la mesura a quien no ciega
el aplauso mundano del gentío.
Sacrificio es mandar, pero el bajío
remonta al agua si el amor navega.
Tiene su acción el tono esponsalicio
de los antiguos reyes medievales,
sabedor de las normas teologales,
primero en el deber y en el servicio.
Tiene acaso en Platón su natalicio
en la aldea cristiana sus puntales,
el color de las frondas terrenales
la viril inflexión del epinicio.
Siempre de pie lo vieron en Lisboa
jerárquico en la acción y en el sosiego
entre Guinea, Mozambique y Goa.
Quieto el sol sobre Fátima se afila,
quietud de un pueblo en paz y sin trasiego.
Silencio todos: Salazar vigila.
Antonio Caponnetto
Salazar – Presente!
ResponderEliminarQue bonito poema. Quase sublime, pode dizer-se, goste-se ou não do homenageado. Escrito com verdade e devoção. E que inveja e rancôr este e muitos outros poemas e/ou textos análogos, provocarão na mente invejosa e distorcida desta cambada de 'democratas' da pior estirpe, que durante décadas diabolizaram o Estadista (a onda de difamações parece que já parou, cientes de que os escândalos atrás de escândalos por eles protagonizados e do total conhecimento dos portugueses, os inibe(?) mìnimamente de prosseguirem com monstruosas mentiras e falsas acusações, afinal as mesmas, mas um milhão de vezes agravadas, que lhes cabem por inteiro) e bem vistas as coisas Salazar com todos os seus defeitos e alguns teria, foi um santo comparado com este bando de mafiosos que tomaram d'assalto o país para não só o destruir mas também para vendê-lo ao desbarato ao capitalismo mundial. Todos eles ladrões, corruptos, embusteiros e traidores, gente diabólica que este pobre país teve a infelicidade de ver nascer no seu sagrado solo.
ResponderEliminarMaria
Fiquei estarrecida com a imagem e com o poema. Mais, acho até que entregue ao torpor da vibração exercida. Invade-me uma suave nostalgia. Não chega a ser saudade, nem a ser doída. É certamente cinzenta, bafienta, bolorenta, putrefacta.
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